Vínculo histórico del aceite del Bajo Aragón

La historia del olivo en el Bajo Aragón es muy parecida a la descrita para todo el área del mediterráneo, dada su proximidad y su peculiar clima similar al levantino. Posiblemente sus introductores fueron los fenicios o los griegos, lo que se sabe es que el cultivo no alcanzó demasiada importancia hasta la llegada de Escipión según se deduce del libro de Avienus Ora Marítima, en el que se denomina al Ebro “oleum flumen”, esto es, río del aceite.

La riqueza olivarera de la zona de Alcañiz (Bajo Aragón) queda demostrada en sus magníficos árboles de vida milenaria. De los más antiguos de España, introducidos ya en la comarca por la dominación romana, fue un acierto para la definitiva implantación de este árbol el estímulo con que los regidores de Aragón premiaban su cultivo con Real de Vellón que cada ayuntamiento estaba obligado a pagar por “planzón” al año de la plantada, una vez tomado. De este modo paulatinamente fueron cubriéndose de frondosos olivares serranías y llanos en la zona que el suelo y los propios agentes atmosféricos limitaron, por exigencias del arbolado y provecho del cultivador, los que producen hoy (a mediados del siglo xx), una cosecha media anual de ocho millones de kilogramos. Se utilizaban por entonces molinos árabes con tracción animal para la extracción del aceite y prensas de viga movidas a brazo para despachar la cosecha, hasta que hacia 1866 los franceses aportaron nuevas técnicas de fabricación y los aceites dejan de ser turbios y ácidos.

El cultivo del aceite se introdujo por Rosas, Ampurias y Tarragona (Beltrán Lloris, 1980) y fue quizás en la primera mitad del siglo XVI cuando el olivo alcanzó sus máximas posibilidades de desarrollo, es posible que su extensión fuera superior a los límites actuales, como podemos deducir de la observación de restos de olivares de la zona. Reducción debida a las talas de la Guerra de la Independencia, heladas en 1936-37, la posterior de 1956 y arranque del olivar para introducir la mecanización de las tierras de secano. A partir de esos años el olivo entró en una fase depresiva prefiriendo otros cultivos.

Aislada por falta de comunicaciones esta comarca, ignorada por los de fuera, fue apreciada cuando se industrializó el negocio por la plaza de Tortosa, en la que radicaban firmas de importancia, y allá afluían en verdaderas caravanas de carros nuestros aceites, por lo que siempre deberá a dicha plaza el alumbramiento de su riqueza. Posteriormente, se instalaron con almacenes en la plaza de Alcañiz, a primeros del siglo XX, diversas firmas comerciales de Marsella, Niza, Génova, etc., para adquirir directamente nuestras calidades, excelentes sin disputa, y ya roto el velo, todas las firmas comerciales de Cataluña y Levante se los disputan y adquieren.

Y hoy, (mediados de siglo) la procedencia de Alcañiz, por las disposiciones oficiales, con la mayor cotización, queda destacada como única; Mundialmente es ya conocida su sin par calidad, saliendo al mercado extranjero, con su nombre de origen, o prestigiando con sus coupages muchas de las marcas comerciales de más abolengo y fama.

También son empleados sus aceites en las marcas más prestigiosas de conservas de pescado, y una buena parte es absorbida por la gran industria hotelera, además de satisfacer las necesidades del consumo interior, que exige gran calidad.

No hay casona antigua donde no queden los restos de los primitivos trujales, en donde se almacenaba la aceituna, bien bailada, para desalojar la humedad (agua de vegetación) y aire, y favorecer su conservación, pues con los primitivos medios de extracción era normal unirse la cosecha almacenada a la nueva recolección.

(XIII Congreso Internacional de Oleicultura, zona de Alcañiz (Bajo Aragón) 1950 y El Aceite de Oliva Virgen, Juan José Murillo Ramos, 1993).

El aceite de oliva es uno de los productos más característicos del Bajo Aragón. El cultivo del olivo vino a cubrir un paro estacional, mediante la dedicación a la recolección de la mano de obra agrícola que, durante los meses de invierno poco empleo tenía antes en la explotación del reciente auge de la fruticultura intensiva.

Las condiciones climáticas, por una parte y las propias características de la variedad empeltre, casi exclusivamente cultivada en la zona, producen un aceite de gran calidad.

El cultivo del olivo en la provincia de Teruel se circunscribe por razones ecológicas (limitación condicionada por la climatología) a la amplia comarca natural del Bajo Aragón. Tradicional es desde hace siglos la figura del olivo a lo largo y ancho de los campos y colinas de la Tierra Baja, habiendo jugado un importante papel a través de los años, en el desarrollo de su economía e influyendo decisivamente en la vida y costumbres de sus gentes.

(Jornadas sobre el olivo, calidad y comercialización del aceite. 19 y 20 de octubre 1983)

El olivo es la flor grande de las vales Bajo-aragonesas y de sus sasos. Es la expresión del trabajo y del saber del hombre donde el agua escasea y la tierra no siempre es buena compañera. La gente del Bajo Aragón sabe que es el árbol de la sabiduría, el árbol de la historia, el árbol del mediterráneo. De él han aprendido tradición y técnica, constancia y acarreo. Por eso lo han acurrucado desde siempre en sus cabezos.

Variedad empeltre

El olivo bajoaragonés tiene un nombre familiar: Empeltre. Es la variedad que allí se cultiva.

Los mejores olivos de España se dan en terrenos calizos, frescos y profundos. Los terrenos de esta zona del Bajo Aragón están incluidos en el grupo de los calizos secos del mapa de suelos de Huguet del Villar y pertenecen a la mancha del terciario de la margen derecha del Ebro, en el mapa del Instituto geológico de España.

Hay dos libros espléndidos que hacen alusión al Bajo Aragón durante esta época (la época de la 1ª Guerra Carlista 1833-1839), al Maestrazgo más concretamente, pero ya se habla de pueblos del puro Bajo Aragón. Son el libro del Conde de Garay sobre el Maestrazgo y también el libro de Pío Baroja La venta de Mirambel.

…históricamente además del trauma que significa la división provincial, ya que la Tierra Baja queda casi toda en Teruel, aunque parte también en Zaragoza.

(El Bajo Aragón expoliado, un informe dirigido por Mario Gabiria. 1977.)

En el libro Alimentos de Aragón, un patrimonio cultural (1997) hay una cita de Ignacio de Asso (1798) en la que se dice literalmente: “No se puede dudar que los Empeltre eran ya conocidos en el Partido de Alcañiz hace más de 160 años; pues Gerónimo Ardid en su Restauro de la Agricultura, que escribió en 1640, habla de los empeltres, llamados olivos injertos, y ofrece publicar el método de ingerirlos, y multiplicarlos; pero ignoramos si esta nueva variedad tuvo origen en aquella comarca o si se trajo de otra parte”.

Disponemos también de unos valiosísimos documentos manuscritos fechados en 1823 y 1826.

El manuscrito de fecha 6 de octubre de 1826, dirigido a Don Fernando Séptimo, donde “Juan de Dios Poneba en nombre de Don José y Don Antonio Exerique, vecinos del pueblo de Valdealgorfa, Partido de Alcañiz, en el Reyno de Aragón”, solicita al Rey mantenga la gracia y permiso para que puedan continuar deshaciendo la aceituna en su molino; ya es una prueba evidente de la importancia que tenían los olivos en el partido de Alcañiz (actual Bajo Aragón), la cantidad de molinos que había y los litigios que existían por esa causa. Como cita literalmente “En el pueblo de Valdealgorfa se cojian en un año abundante por cálculo prudencial como se manifiesta el corriente de diez y seis a veinte mil moladas de aceituna”

Ya sólo en Valdealgorfa, de lo que se desprende de este manuscrito, existían el Molino del Común o de los Propios, en 1773 se concedió permiso a las religiosas del convento de Santa Clara para construir su molino. El 18 de noviembre de 1797 se concedió permiso a Don Antonio Ardid, y además estaba el molino objeto de litigio en el mencionado documento.

En el libro “El Bajo expoliado” se expone: “Cuentan que en 1911 se produjeron en el Bajo Aragón 30 millones de kilos de aceite. Otros datos de 1929 citan que España consumía 250 millones de litros de aceite. Por entonces sólo en Calaceite dicen que había 34 fábricas, y que en un año los ingresos por la oliva ascendieron a 1.600.000 ptas, sin contar la que aún se llevaba a molturar afuera. Sin entrar a juzgar la capacidad de rendimiento de aquellas fábricas, estas elevadas cifras indican una actividad extraordinaria en torno a este cultivo. Cada pueblo tenía entonces su molino o molinos. Solía haber un “Molino de la Villa” o molino del pueblo y el “Molino del Señor”.

Para seguir ahondando en la importancia, desde antaño, del aceite de Oliva en el Bajo Aragón, cuya capital es Alcañiz, voy a hacer referencia a varias citas del libro Elaboración del Aceite de Oliva, de D. Isidoro Aguiló y Cortés fechado en 1918.

“Formando juicio sobre la elaboración de aceites y conocidas sus ventajas y deficiencias, entendimos que el mejor modo de que esta labor pudiera tener alguna eficacia para el país, era visitar y conocer además aquellas zonas de reconocida fama en la elaboración aceitera en Cataluña y en el Bajo Aragón…”

“En otras comarcas ya más adelantadas, y por venturosa exigencia de los fabricantes de aceite que compran la oliva, se recoge ésta a mano, por el sistema de ordeño y en la cantidad que se puede elaborar el fabricante al día siguiente. Esto es ya lo corriente en Alcañiz…”

“Tanto en Reus como en Borjas y Alcañiz, donde se parte de variedades únicas, la Arbequina y el Empeltre…”

La fama mundial de que gozan los aceites del Bajo Aragón, y especialmente los de Alcañiz, que llevan la delantera en España, por su calidad y más elevado precio en el mercado, hace tiempo que nos sugirió el deseo de conocerlos…”

“De Alcañiz sale uno convencido de que si las regiones olivareras de nuestro país estuvieran a la altura debida, conservando sus características propias, España sería, como le corresponde, la primera nación del mundo en cuanto a este producto”

“La zona olivarera además de Alcañiz, Castelserás, Valdealgorfa, Torrecilla de Alcañiz y Torrevelilla, en donde compran todos los años los fabricantes de Alcañiz, Caspe, Escatrón, Hijar y Albalate del Arzobispo, son centros notables, siendo su fabricación bastante regular, sobre todo en éste último, que tiene justa fama.”

“Puntos importantes son Calaceite, Maella y Valderrobres. Este último es centro de fabricación, adonde acuden Valjunquera, La Fresneda, La Portellada, Ráfales Fórnoles, Fuentespalda, Beceite. Calanda y Alcorisa fabrican su producción con gran acierto”

“Ha habido en este centro una hermosa conjunción de elementos intelectuales catalanes con los de Alcañiz, formándose una piña de fabricantes que no han escaseado la inteligencia y el capital para llevar a una perfección envidiable la elaboración del aceite, perfeccionamiento que ha transcendido a las demás fábricas, en donde se elabora bastante bien.”

“Aquí se obtienen aceites de segunda presión para el consumo interior que ya quisieran como de primera otras comarcas.”

“Una nota importante.- Según datos adquiridos recientemente, Alcorisa y demás pueblos que forman el límite de la zona del olivo en la región del Bajo Aragón, constituyen una comarca que, por sus condiciones de clima, situación topográfica y cosechas constantes, con notable regularidad, forman un especial monopolio de energías naturales en la explotación olivarera.”

La calidad de los aceites de oliva del Bajo Aragón es conocida y tiene renombre desde hace muchos años, incluso establecimientos comerciales hacen uso de esa fama, del nombre Bajo Aragón para anunciarse. COLMADOS SIMÓ, ALEMANY, PI Y CIA S en C, en 1931 ya se anunciaba en la Sociedad de atracción de Forasteros de Barcelona de esta manera:

“Almacén y refinería de Aceites Puros de Oliva. Solamente operamos con las comarcas de Urgel, Tortosa y Alcañiz (Bajo Aragón), por ser las más apreciadas por su mínima acidez, fino aroma y delicado bouquet.”.

Prueba de que a principios de siglo ya conocían el Aceite de Oliva del Bajo Aragón a nivel internacional, es este pasaje del libro El Bajo Aragón expoliado, que nos dice:
“Antes de 1936 en Andalucía no había la capacidad de molturación que existe actualmente. Sus aceites eran muy deficientes en cuanto a grado de acidez. Como tampoco había muchas refinerías al aceite del Bajo Aragón tenía una salida perfecta al mercado pues suplía con su baja acidez y su dulzura las altas que tenía el aceite andaluz. Automáticamente era el mejor aceite para poder aderezar todos los caldos que se consumían en el mercado nacional, e incluso para los de exportación. Esta circunstancia concurría también en los aceites italianos, por ello, el aceite del Bajo Aragón salía perfectamente el extranjero, no para encabezar, pero sí para “coupage”.”

En el XIII Congreso Internacional de Oleicultura, zona de Alcañiz (Bajo Aragón) 9 de noviembre de 1950, se dice:

“Por las cotizaciones oficiales quedan destacados nuestros aceites como los mejores de España.”

Entonces el aceite del Bajo Aragón se pagaba a 10’50 ptas el kilogramo y el del resto de la zona olivarera a 9’80 ptas el kilogramo.

Unos años más tarde en el libro Tratado de olivicultura del Sindicato Nacional del olivo. Madrid 1954 se expone:

“Por nuestra parte opinamos que la variedad es tan influyente como el terreno y el clima en este resultado. Así vemos cuán finos aceites se producen en las tierras arcillosas, predominantes en los olivares del Bajo Aragón, la variedad empeltre generalizada en ellos.”

“La variedad más cultivada en el Bajo Aragón y la originaria de la fama mundial del aceite conocido con el nombre de aceite de Alcañiz, es la Empeltre.”.

De todos modos el testimonio definitivo de Daniel Mangrané Escardó (El aceite de oliva en España, Espasa Calpe, 1961) en uno de los tratados científicos más serios sobre esta grasa vegetal en nuestro país fue decisivo para valorar el aceite Alcañizano. “Esta zona-dice-puede ser considerada como la productora del mejor aceite del mundo para mesa. Los aceites “finos” del Bajo Aragón son algo amarillos. Al principio de la campaña, cuando se obtiene el aceite de la aceituna menos madura, éste tiene un gusto algo “frutado”, o sea que el sabor y también el perfume recuerdan a la fragancia del fruto del olivo. A medida que transcurre la campaña, debido a la paulatina maduración de la aceituna, los aceites que sucesivamente se obtienen presentan un sabor ligeramente dulce muy agradable… En la actualidad siguen fabricándose allí magníficos aceites.”

El libro El Bajo Aragón expoliado en el año 1976, nos dice: “Se ha dado, por ejemplo, el caso de llevar aceite del Bajo Aragón a asambleas de Amas de casa de Madrid. Demandarlo los asistentes. Haber llevado, a petición de ellos, aceite para vender, y en un año se han vendido 350.000 litros, a su precio de 108 ptas, en tiendas del Sindicato del Olivo; era aceite de cuatro décimas impecable.”

La Gran Enciclopedia Aragonesa del año 1980 en el vocablo Bajo Aragón, dice: “Predomina el secano, donde alternar los cultivos extensivos típicamente cerealistas, con el olivar, de gran tradición en la comarca y que produce aceite de afamada calidad…”.

La Enciclopedia temática de Aragón de 1987, tomo 5, en el mismo vocablo (Bajo Aragón), expone: “La zona olivarera por excelencia es el Bajo Aragón Zaragozano y Turolense, donde cubre más del 10 % de las tierras cultivadas en la mayoría de los municipios e incluso más del 25%…”.

En el Boletín Informativo de la Diputación Provincial de Teruel, enero-marzo de 1988. Se señala: “Teruel, y sobre todo la comarca del Bajo Aragón, ha sido y es una de las provincias donde el cultivo del olivar ha tenido desde tiempos inmemoriales una gran implantación. A años de plantaciones masivas de olivares, siguieron años, más recientes de poda de árboles, en algunos casos centenarios, producida por la irregularidad de las cosechas, por el cansancio de los agricultores, por la falta de agua, y sobre todo por la falta de rentabilidad. Esta tendencia, si no ha cambiado por lo menos se ha paralizado, y por ejemplo en la comarca de Alcañiz en el último año se han plantado 6.000 nuevos empletres, la variedad más conocida en la zona.

La Diputación Provincial de Teruel, conocedora de la importancia social y económica que el olivar tiene en nuestra provincia, viene trabajando en los últimos años en la mejora del olivar turolense a través de dos líneas de subvención: por un lado en la adquisición de plantones de olivo, y por otro, a las podas de renovación.”

“Todos estos aceites de oliva virgen presentan como única diferencia organoléptica la correspondiente a su oscilación del grado de acidez y son muy apropiados para consumo directo o para embocar otros aceites de oliva, dado su grato sabor frutado. Sus excelentes cualidades hacen que sean óptimos para su consumo en crudo, ensaladas u otros platos de aliño.”

El acceso a las ayudas del FEOGA-Sección Orientación, por parte de varias almazaras Bajoaragonesas ha facilitado la eliminación y/o aprovechamiento de los residuos contaminantes, así como ha facilitado la mejora de las condiciones de elaboración, almacenamiento y envasado de los aceites de oliva vírgenes. De este modo se dotan a las industrias extractoras de la infraestructura necesaria que garantiza la obtención de un producto de calidad dispuesto para ser comercializado de forma viable tanto técnica, económica como comercialmente, obteniendo un mayor valor añadido.

Prueba del interés existente por esta materia, es la edición por parte del Instituto de Estudios Turolenses de la Exma. Diputación Provincial de Teruel, y la Cámara de comercio e industria de una Cartilla Turolense, la número 16, publicada en el año 1993, monográfica del aceite en el Bajo Aragón, confeccionada por D.Angel Bonilla Polo, D. Francisco Grande Covián, D. Juan José Murillo Ramos y D. Bernabé Sanz Pérez.

Otro libro también de 1993 dedicado a los aceites del Bajo Aragón es el libro de Juan José Murillo Ramos: El aceite de oliva virgen.

Son innumerables las publicaciones y notas de prensa que existen últimamente sobre el aceite de oliva del Bajo Aragón y sus cualidades, como muestra un botón:
En un reciente suplemento del periódico El País, en la sección “Saber vivir” aparece: “Alcañiz: Capital Turolense de la comarca del Bajo Aragón, una de las principales zonas productoras de aceite de oliva del norte de la Península Ibérica con tradición y nombre en sus aceites desde hace siglos elaborados fundamentalmente con la variedad empeltre.”

En un número de la revista Surcos se dice: “Aprovechar las ventajas de producir un aceite de excelente calidad, cada día más apreciado, tanto por sus características gastronómicas, como por su contribución a conseguir una dieta más equilibrada y saludable.”

En los últimos años el despertar del sector empresarial de la citada comarca se ha aglutinado en la constitución, al amparo del Instituto Aragonés de Fomento, y en base al artículo 22 de la Constitución Española y de la Ley 191/64 de Asociaciones, otorgando escritura de constitución de asociación el día 17 de diciembre de 1996, la Asociación, sin ánimo de lucro, A.D.A.B.A (Asociación para la defensa y promoción del aceite de oliva del Bajo Aragón. Compuesta en la actualidad por 11 asociados, tiene su sede social en Alcañiz (Teruel). La Asociación, como dicen sus estatutos, tiene entre sus actividades primeras:

  • Promoción de una denominación conjunta para los aceites de la zona.
  • Promocionar el conocimiento del aceite desde la base propiciando el contacto con las escuelas.
  • Creación y sostenimiento de unos premios a los aceites de más calidad de la zona.
  • Propiciar la existencia de una infraestructura adecuada de control de calidad tal como un laboratorio.
  • Desarrollar un plan formativo para los empresarios y empleados del sector.
  • Propiciar la compra conjunta de elementos de producción tales como envases, etc…
  • Desarrollar actividades promocionales de acercamiento al público comenzando por la creación y sostenimiento de una “Fiesta de la Almazara”.

Además de estas actividades, la Asociación podrá desarrollar cualquier otra actividad que se plantee de acuerdo a los fines con la que se crea.

En esta línea de actuación y entre otras actividades, además de celebrar cada año la “Fiesta del la Almazara” rotativamente entre los pueblos de los asociados, A.D.A.B.A. ha asistido a las Ferias del Jamón y Alimentos de Calidad de Teruel y a la Feria de Zaragoza, además ha publicado numerosos anuncios y artículos en prensa.

Siendo conscientes de la calidad de los aceites de la zona y por la demanda del sector de acceder a los mercados minoristas con productos de calidad y correcta presentación que exige la garantía al consumidor del producto que se pretende ofertar, se propuso constituir un panel de catadores de aceite de oliva virgen del Bajo Aragón, que ha tenido apoyo de todos los sectores implicados, con el objetivo de la Denominación de Origen.

Por Orden 16 de junio de 1998, el Dpto. de Agricultura y Medio Ambiente, se creó el Panel de catadores de aceite de oliva virgen de Aragón (B.O.A. 1-07-1998).

La sala de catas, así como las cabinas y locales complementarios, se han realizado conforme a la norma COI/t.20 doc. nº 6 de 18 de Junio de 1987 en un local de la Oficina Comarcal Agroambiental del Dpto. de Agricultura y Medio Ambiente de Alcañiz (Teruel).

Por último señalar que en la Carta de aceites de oliva virgen extra, editada recientemente por la Asociación Española de Municipios del olivo, la Red Europea de Municipios del Olivo, la Diputación de Jaén y la Asociación de empresarios de Hostelería Turismo y Empresas afines de la provincia de Jaén, se incluye a los Aceites del Bajo Aragón con la variedad empeltre y su descripción dice que tienen un sabor dulce, muy fluído, liso en boca. No aparece el amargo ni el picante.

Según reza dicha carta: “Los aceites contenidos en esta carta son, todos, aceites de oliva vírgenes de calidad extra, totalmente naturales, obtenidos directamente del fruto del olivo por procedimientos mecánicos o físicos y a baja temperatura, por lo que no se han alterado lo más mínimo sus características y composición, conservando íntegros su contenido en vitaminas y ácidos grasos esenciales, su olor, color y sabor genuinos.

Proceden de olivares enclavados en los municipios que forman en la actualidad del territorio AEMO (Asociación Española de Municipios del olivo), de sus zonas de calidad reconocida con Denominación y/o especial protección.

Las diferentes variedades de olivos y las diferentes condiciones agronómicas y climáticas de cada zona, les confieren unas características dignas de deleitar a los paladares más exquisitos.”